Por María Virginia Viloria, es Abogada de la Universidad Rafael Urdaneta, Especialista en Derecho del Deporte certificada por el ISDE, colaboradora del Escritorio Jurídico Carrero y Quintero de Justicia Deportiva
El fútbol está presente en las ediciones de los Juegos Olímpicos desde la edición de Londres 1908, que por razones de convenios con la FIFA, se decidió que a partir de Barcelona 1992 las selecciones masculinas debían participar con delegaciones sub-23. En el caso de la rama femenina, su primera aparición fue en Atlanta 1996, más de noventa años después, y que hasta ahora no tiene ninguna restricción de edad. ¿Existe alguna razón de aquello?
En el caso del fútbol masculino, la FIFA empezó a crear conflictos con el COI ya que no quería que el torneo olímpico opacara las Copas del Mundo. Es por ello, que a partir de la aparición de la Copa Mundial, los torneos olímpicos eran jugados por jugadores amateurs, es decir, que no eran profesionales o que al menos el fútbol no era su actividad laboral principal. Esta restricción estaría vigente hasta los años 90s, cuando el COI y la FIFA llegaron al acuerdo de que disputaran el torneo los jugadores de la categoría sub-23, con tres cupos especiales sin restricción de edad, así FIFA seguía controlando el torneo más importante del fútbol absoluto.
En el caso del fútbol jugado por mujeres, desde su aparición en los Juegos Olímpicos no se ha determinado ninguna restricción. Esto se puede fundamentar varias razones que nosotros suponemos: primero, estamos hablando de una competencia relativamente reciente. Segundo, la FIFA debe tener números positivos con las Copas Mundiales femeninas, o al menos actualmente el torneo olímpico no le genera ninguna pérdida o competencia importante. Tercero, a diferencia del fútbol masculino, los torneos de clubes de alto rendimiento oficiales y las fechas internacionales de selecciones son muy escasas en la categoría femenina, por lo que si esta competencia fuera igualmente sub-23, las jugadoras de selección absoluta sólo tendrían el Mundial cada cuatro años y sus respectivas competencias regionales o continentales.
Para visualizar el último punto, basta con mencionar el caso de la selección femenina de Chile, la que se clasificó por primera vez al torneo olímpico en Tokio 2020. Chile logró su clasificación por sus resultados en la Copa América 2018, llegando al subcampeonato, que le otorgó un cupo a la Copa del Mundo y la oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos por repechaje, que lo conseguiría con éxito. Entonces, en el caso de las selecciones sudamericanas, la Copa América es el torneo más importante, ya que además de jugarse un título, es la oportunidad por competir por cupos en torneos internacionales, sin jugarse entonces eliminatorias mundialistas o torneos dedicados a la índole olímpica.
Por ahora, el fútbol femenino seguirá siendo jugado sin restricción de edad en los Juegos Olímpicos, siendo un torneo que en total participan sólo 12 selecciones. En cambio, en cuanto a la Copa del Mundo organizada por la FIFA, en la reciente edición de Francia 2019 participaron 24 selecciones, mientras que en la próxima de Australia / Nueva Zelanda participarán un total de 32 selecciones, equiparando al torneo masculino, al menos hasta la edición de Rusia 2018.