Por ley: el fútbol femenino en Chile es profesional

Por @maria_viloria

 

La primera división de fútbol femenino en Chile, organizada por la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), tuvo su primera temporada en el año 2008 y continua hasta la actualidad. A partir de allí, el fútbol femenino chileno ha dado pasos importantes de la mano de su selección nacional, clasificada por primera vez al Mundial y a los Juegos Olímpicos en sus últimas ediciones (Francia 2019 y Tokio 2020 respectivamente); sin embargo, el fútbol local se estaba quedando un poco atrás, ya que las jugadoras no estaban contratadas por sus clubes.

 

En el 2019 sucede un hito muy importante: Santiago Morning contrata por primera vez a tres jugadoras, dándoles el carácter de “profesional”, aunque la liga no los acompañaba. Tras este ejemplo, les siguió clubes como Colo-Colo y Universidad de Chile, pero muy lejos de “equiparar la cancha” con sus pares masculinos, como tanto lo señaló la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF).

 

En ese mismo año, se introdujo en la Cámara de Diputados de Chile una moción de iniciativa de Ley, que consistía en la exigencia de la celebración de un contrato entre las sociedades anónimas deportivas profesionales (clubes) y las deportistas que sean parte del campeonato nacional femenino de fútbol. Sin embargo, el estallido social y la pandemia, además de otros imprevistos, fueron los grandes enemigos del fútbol femenino chileno, que retrasó significativamente el trámite de esta Ley. Pero hoy, ya es Ley, y de eso se trata este artículo.

 

¿Qué sucedió el pasado 21 de marzo? Ya en tercer trámite constitucional, luego de haber sido revisado por la Cámara de Diputados y el Senado de la República, finalmente la Cámara despachó el texto de Ley para que sea promulgado por el Presidente de la República, en su boletín Nº12470-29, por lo que queda pendiente su publicación en el Diario Oficial.

 

¿Qué se consigue con esta ley? Para resumir, tres cosas muy importantes. La primera es que los clubes que participen en el campeonato femenino adulto deberán contratar a sus jugadoras y trabajadores que desempeñen actividades conexas, como entrenador, auxiliar técnico, o cualquier otra calidad directamente vinculada a la práctica del deporte profesional. La segunda es que sólo las entidades deportivas podrán ser empleadores, es decir que no se permitirá la subcontratación o tercerización. Lo último, pero no menos importantes, aquellas entidades deportivas que cumplan con lo exigido en la Ley, podrán postularse al Fondo Nacional para el Fomento del Deporte y de las Donaciones con Fines Deportivos, es decir, recibir compensaciones económicas del Estado, que promueve entonces el deporte profesional en Chile.

 

¿Cómo se deberá llevar a cabo la contratación? La Ley entrará en vigencia 6 meses después de que se publique en el Diario Oficial. A partir de allí, los clubes deberán cumplir “hitos” en los próximos 3 años. En el primer año de vigencia de la Ley, deberán tener contratados al menos al 50% de sus jugadoras. En el segundo año, deberán incrementar la cifra a 75%. En el último año, el total del plantel deberá estar contratado.

 

¿Con esta Ley ya la Liga es profesional? En mi opinión, depende de cómo lo veamos. Si bien es un paso muy importante ya que las jugadoras, por fin, tendrán un contrato que las relacione con una entidad deportiva y permitirá que la Liga en consecuencia mejore, los términos económicos de los contratos los desconoceremos. En este sentido, habrá que evaluar si los contratos permitirán que las jugadoras se dediquen exclusivamente a la práctica del fútbol, y no les sea necesario depender de un segundo trabajo o continuar con sus estudios.

 

¿Para ser profesional no sólo se necesita un contrato? Hay que recodar que la FIFA define al futbolista profesional como “Un jugador profesional es aquel que tiene un contrato escrito con un club y percibe un monto superior a los gastos que realmente efectúa por su actividad futbolística. Cualquier otro jugador se considera aficionado”. Sin embargo, la Ley del Trabajo en Chile dice que el deportista profesional “es toda persona natural que, en virtud de un contrato de trabajo, se dedica a la práctica de un deporte, bajo dependencia y subordinación de una entidad deportiva, recibiendo por ello una remuneración”.

 

Precisamente, Camila García, Directora de ANJUFF, muy bien dijo que “Sin embargo, la profesionalización no termina aquí. En la primera fase de implementación, sabemos que muchas jugadoras tendrán que mantener trabajos paralelos porque el sueldo ofrecido no será suficiente. Pero ser profesional también implica que los clubes traten a sus jugadoras como tal, y aquí la infraestructura y calidad de los equipos técnicos y gerenciales son claves.”

 

Por tanto, sin duda alguna es uno de los hitos más importantes del fútbol femenino chileno, pero queda mucho camino por recorrer entre que la Ley entre finalmente en vigencia y se cumpla la ratio legis que impulsó este necesario proyecto de ley, es decir, que las jugadoras y el campeonato femenino sea, por fin, profesional.

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