La Superliga fue un proyecto fallido. Duró menos de 48 horas, incluso hay quienes sostienen que nació muerta. Pero la intención de tener una competencia europea con los mejores equipos, controlada por los clubes, no ha muerto. Quizás venga con otro formato, diferente publicidad o incluso diferentes equipos, pero siempre será una posibilidad. Es la lucha por el control de un mercado, así que ¿por qué va a desaparecer?
Antes de seguir, quiero aclarar que no estoy a favor de la Superliga, no me gusta la idea, y en lo personal me parece discriminatoria. Igualmente, creo que el fútbol se está fagocitando bajo el modelo actual.
¿El fútbol tiene un problema económico?
Por experiencia personal y comentarios en todos los seminarios, muchos clubes del mundo no son autosustentables, sino que son mantenidos por sus dueños. No solo pasa en Venezuela, sino en muchos países. No solemos verlo, ya que solo vemos la punta del iceberg, es decir a los equipos élites y a las ligas élite. Sin embargo, hasta ellos tienen problemas económicos.
Es público y notorio que hay clubes que se están desangrando por malas inversiones en jugadores (FC Barcelona) o ya que sus dueños han hecho estratagemas para pasarle sus deudas al club (Manchester United FC). Lo cierto es que hay una inflación en los precios en el fútbol de salarios y precios de transferencia. Esta inflación contrasta, por ejemplo, con la estabilización de los precios de derechos de TV en el fútbol inglés. Luego la pandemia está generando perdidas a la industria como a todo el mundo. Cada vez se gasta más y se recibe menos.
Aunado a esto, la planificación financiera de un club a veces depende de sus clasificaciones a competiciones internacionales. Allí es donde se obtiene mayor visibilidad y mayores ingresos por participar. Sin embargo, predecir resultados en el fútbol, es complicado. De hecho, esa falta de predictibilidad es lo que hace el deporte emocionante y a la vez lo que complica su planificación. En este sentido, para los grandes clubes, no clasificar a la UEFA Champions League, representa un duro golpe a sus finanzas y a su visibilidad. Como lo manifiesta Swiss Ramble en este tweet:
https://twitter.com/SwissRamble/status/1386562230045528064
Es por esta razón que los grandes clubes no quieren competir con otros para clasificar en la UEFA Champions League. Quieren tener segura su clasificación.
¿Cuáles son las causas del problema económico en el fútbol?
Existen varias causas que estaban generando la inflación antes de la pandemia, por ejemplo, los clubes con dueños super millonarios, los grandes tratos televisivos y agentes con fuerte influencia en el mercado (son solo pocos), falta de marcos legales apropiados, falta de buen sistema de auto gobernanza y mucho ego con pasión desenfrenada. Entonces, entre más entra dinero por cualquier causa, más dinero quieren las personas que trabajan en la industria, sin importar las consecuencias. Y mucha pasión llevan a gastar lo que no se tiene o lo que no se produce.
Ante tal entrada de dinero y el gasto desmedido sin autosustentabilidad, se intentó controlar a los clubes en Europa a través de una reglamentación llamada el Fair Play financiero. Básicamente, estas reglas tenían como objetivo que un club no gastara más de lo que produce en inversiones riesgosas como la transferencia de jugadores. De esta forma se prevenía que si el ingreso de dinero desaparecía entonces las deudas se comieran al club (Por ejemplo, si el dueño millonario se va de un día para otro o si el ingreso de derechos de TV. se estanca y no sigue subiendo).
Esta reglamentación fracasó, ya que parte del atractivo de estos clubes es que juegan las grandes estrellas y así se generan las grandes expectativas en las competiciones europeas. Entonces, el organizador de la competencia, a veces no quiere dañar al club que compite, ya que afecta directamente su espectáculo. Es un conflicto de intereses, tener que sancionar al que atrae al público. También fracasó por razones de dificultad de aplicación.
Esto, en conclusión, genera un mercado donde el club que tiene más se lleva a todos los jugadores y de pronto no habrá competencia. Solo habrá un club que siempre gane haciendo que se pierda el interés en la competencia. Además, si el club pierde sus ingresos, de un momento a otro quiebra y desaparece, deja huérfanos a muchos fans, haciendo que el mercado pueda perder la mayoría de esas personas.
Es decir, el libre mercado en extremo acabaría con el fútbol, ya que los clubes con dinero pronto se irían comiendo entre sí. hasta que haya muchas deudas, sin que estas puedan ser pagadas. En un ambiente capitalista normal, este sería el objetivo, pero en el fútbol si acabas con tu rival te destruyes a ti mismo también.
¿Por qué en el fútbol si un club destruye a sus rivales económicamente, también se destruye así mismo?
Más que en el fútbol, esto es un tema en el deporte. El producto deportivo no es la marca de un club, el producto es la contienda entre clubes. No puede existir contienda con un solo club o con un solo gran club. Entre más alto es el nivel de los clubes, más genera atención, ya que el resultado es más incierto y se promete un espectáculo de alta calidad.
Por otro lado, como indica sabiamente la filosofía del TAO, lo malo y lo bueno parten de una misma raíz. Lo que significa que hacen falta los partidos de bajo nivel para disfrutar los de alto nivel. De lo contrario, no sabremos distinguir la calidad entre ellos.
Esto hace que se tenga que crear un sistema donde no todos los clubes son de alto nivel. Y esto, al final, genera productos donde el pequeño tiene el reto de ganarle a un grande, el grande el reto de establecer una hegemonía y así. El sistema debe permitir varios tipos de clubes, para varios retos para distintas historias.
Otros deportes han caído en los extremos y les ha sido difícil recuperarse, para volver a ser vistosos.
¿Dónde está el problema que no encuentra solución?
El problema está, en que los clubes elite, que concentran mejores jugadores, mayor cantidad de fans, además ayudan en las ganancias de los demás clubes, quieren buscar una forma de controlar la competencia, para reducir sus riesgos y generar más ganancias para ellos. En el lado contrario, están las organizaciones de fútbol, que no quieren ceder el control, que también obtienen ganancias de la competencia que no quieren perder y finalmente tienen un compromiso político con los demás clubes.
La zona de posible acuerdo es difícil, ya que estas organizaciones deportivas en virtud de medidas políticas (conseguir más votos para seguir ejerciendo), siguen aumentando la cantidad de clubes participantes en estas competiciones. Esto a corto plazo genera, más personas a la hora de repartir dinero, menos ganancias para todos los clubes y se diluye la calidad de la competencia. A largo plazo puede que estos clubes pequeños aprendan de la experiencia y se vuelvan importantes para el torneo.
Este tema claramente está generando un desbalance, pero la Súper liga generaba un desbalance para el otro lado totalmente. Y esto significa que el fútbol está cambiando de forma forzosa. Como decía el filosofo Hegel, los cambios no se dan en línea recta, sino en zigzag.
Todo lo que el mundo del fútbol vivió en una semana, solo nos hace reflexionar y pensar que se tiene que balancear la situación. No se puede permitir la participación de muchos clubes, tiene que ser una cantidad apropiada. ¿Cuánto son? No lo sé, pero hay que investigar. Tampoco se puede permitir que 12 súper clubes hagan una liga y quieran de un día para otro concentrar el mercado en ellos, hay que pensar en los demás, el fútbol les pertenece a todos los seres humanos, no solo a 12 clubes ¿Pero hasta dónde? No lo sé.
La concentración del poder no puede permanecer en un solo ente como UEFA o FIFA, pero tampoco se puede ceder todo el poder a las partes ya que solo velarían por su interés destruyendo al fútbol. Entonces ¿hasta dónde debe cederse? No lo sé. A estas y muchas preguntas más, la respuesta es que “no lo sé”. De lo único que estoy seguro, es que el fútbol tiene que conseguir el balance perfecto, para que los grandes no pierdan mucho y los demás no pierdan la oportunidad de competir.