Por Elena Mundaray (@Elenacmg)
En diciembre del año pasado la Major League Baseball (MLB) y Major League Baseball Players Association (MLBPA) acordaron con la Federación Cubana de Béisbol (FCB) las condiciones para que jugadores cubanos jugaran en las Grandes Ligas.
Este acuerdo permitía que la Federación Cubana de Béisbol liberara a jugadores de 25 años o más, con al menos 6 años de servicio en el béisbol profesional para que pudieran firmar con equipos de la MLB. Aunque de igual manera la FCB pudiera liberar a jugadores más jóvenes. El club de Grandes Ligas que firmara al jugador, debía pagar un porcentaje al equipo correspondiente. El jugador podía jugar en Estados Unidos o Canadá con una visa de trabajo y la oportunidad de regresar a Cuba luego de cada temporada.
El acuerdo, según la MLB y la Asociación de jugadores, frenaría el tráfico de personas al que estaban expuestos muchos jugadores cubanos para llegar a Estados Unidos y así tener una vía segura para que los jugadores firmaran con equipos de la MLB. Esto frenaría también problemas de narcotráfico al que estaba ligado la firma de jugadores en Estados Unidos y el escape de jugadores de la isla para jugar béisbol.
Las negociaciones estaban listas e incluso a principio del mes de abril la FCB publicó la liberación de 34 jugadores en condiciones para firmar con equipos de MLB pero el 8 de abril se conoció que el Gobierno de Estados Unidos anuló el acuerdo entre la MLB y la FCB, argumentado que tal acuerdo beneficia directamente al gobierno cubano.
El Departamento del Tesoro argumenta que «los pagos a la Federación Cubana de Béisbol no están autorizados … porque un pago a la Federación Cubana de Béisbol es un pago al gobierno cubano”. Además durante el gobierno de Barack Obama, la FCB fue registrada como una organización no gubernamental ante el Departamento del Tesoro.
Sin embargo, actualmente la FCB es considerada como parte del gobierno cubano y por tal motivo la MLB no podría dar dinero a la Federación en virtud de las leyes norteamericanas, las sanciones y el embargo que ha impuesto Estados Unidos a Cuba, que se remontan desde el año 1960 y que incluso ha alcanzo nivel de ley federal estableciendo que se prohíben negociaciones de empresas estadounidenses y Cuba.
Con la anulación del acuerdo, a los jugadores cubanos se les acorta la esperanza de ir a Estados Unidos a jugar béisbol bajo una manera más directa y segura. Retomarán las vías de embarcarse en una aventura para ir a un tercer país y desde allí solicitar el permiso para ir a Estados Unidos.
Además, el Gobierno de Estados Unidos ha tenido una actitud sancionadora a los gobiernos tiránicos, prohibiendo las transacciones económicas con ellos, que hasta el asistente del presidente para Asuntos de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, ha hecho públicas declaraciones indicando que “el pasatiempo nacional americano no debería permitir el apoyo al régimen cubano a Maduro en Venezuela”.