Por Daniel Soto (@Dastsoto)
Más allá del campo de juego y de la euforia de la fanaticada en las tribunas; en ese espacio reducido donde la mayoría sigue los pasos de sus héroes deportivos y se desconecta del mundo real disfrutando secuelas de una historia escrita por alguna mente creativa.
En ese mundo televisivo, capaz de atrapar nuestra atención durante horas mediante animaciones, espectáculos, noticias y muchas otras formas de entretenimiento. Allí, tras la iluminación de las pantallas se ha estado librando una batalla entre los titanes del mundo de la televisión, donde finalmente ayer Disney compró FOX.
The Walt Disney Company, luego de hacerse con la cadena televisiva estadounidense ABC (American Broadcasting Company), y con ello, ESPN en la década de los 90’, Pixar en 2006, Marvel Entertainment en 2009 y Lucasfilm en 2012; inicia en el último año un proceso de adquisición por los activos de Twentieth First Century Fox, con una propuesta de 52.400 millones de dólares en 2017.
Esta negociación involucra los estudios de cine de Hollywood (20th Century Fox) y a franquicias como X-Men, Avatar, Deadpool, Los Cuatro Fantásticos, entre otros; programas como Los Simpsons, Padre de Familia, The Americans, y otros. Sumando canales como FX, National Geographic y la red de 22 canales regionales de deportes que FOX posee en los Estados Unidos.
La negociación también incluye el control del servicio de video por streaming Hulu, y su cuota de participación de 39% en acciones de la cadena británica Sky.
Tiempo después, se dio a conocer que The Walt Disney Company no era la única detrás de los activos de 21th Century Fox, ya que el conglomerado estadounidense de servicios por cable Comcast, superó la oferta de 52.000 millones de dólares, ofreciendo una suma de 65.000 millones de dólares en efectivo, trayendo consigo una guerra por los activos de Fox.
No obstante, pese a la impresionante diferencia de 10.000 millones de dólares entre las ofertas de los titanes del entretenimiento televisivo, The Walt Disney Company se impuso en la puja al elevar su oferta a 71.300 millones de dólares, además de ofrecerle a los accionistas de 21th Century Fox cobrar en efectivo o hacerse con acciones de Disney.
Con ello, las buenas noticias siguieron surgiendo para Disney al obtener la aprobación de la División Antimonopolio del Departamento de Justicia de los Estados Unidos, para adquirir los activos de Fox, con la condición de vender los 22 canales deportivos regionales que inicialmente formaban parte del acuerdo.
Esto lo solicitan para asegurar la preservación de la contienda por la programación deportiva en el mercado local, donde Disney y Fox compiten, según Makan Delrahim, Fiscal General Adjunto de los Estados Unidos para la División Antimonopolio. Es decir, esto se hace para evitar un monopolio de la programación deportiva y que el mercado televisivo siga teniendo competencia y mejorar sus productos para los espectadores. En otras palabras, se quiere seguir fomentando la competencia entre canales para que capten más televidentes.
A la venta sólo le faltaba la aprobación de los accionistas de 21st Century Fox, quienes finalmente cerraron la transacción por 71.300 millones de dólares. Sin embargo, la fusión entre ambas compañías se hará efectiva presumiblemente durante la primera mitad del 2019. A efectos prácticos, la compra efectuada por Disney implicará el control de ésta sobre los grandes y pequeños estudios propiedad de FOX, así como ciertas secciones de su división televisiva no relacionadas con deportes o informativos.
Será el tiempo el que demuestre el desenlace que Disney libra por el futuro de la lucha en el mundo del entretenimiento, donde el próximo a enfrentar apunta a ser Netflix. Veremos entonces las consecuencias de esta nueva batalla, de la cual, de manera indirecta, todos somos parte.