Por María Viloria (@Maria_Viloria)
El pasado 11 de enero, el Málaga CF decidió extinguir el contrato de trabajo que lo vinculaba con hasta entonces el director técnico, Víctor Sánchez del Amo, por “causas disciplinarias”, de acuerdo a los “graves daños causados a la institución por los recientes eventos extra-deportivos”. Esta situación nace por la difusión de un vídeo del técnico malaguista, vestido con una camiseta del club, donde se ven sus genitales en una grabación privada, cuya difusión en redes sociales fue sin su consentimiento.
Días antes de que se efectuara el despido, Sánchez del Amo anunció por sus redes sociales que había puesto el caso en manos de la policía, denunciando que era objeto del delito contra su intimidad (expuesto en el Código Penal español) por actos de acoso y extorsión. El club, ante esto, le suspendió temporalmente de sus funciones.
En este caso de sebe entender que la razón por la cual el Málaga decidió despedir a Víctor Sánchez del Amo se debe a un menoscabo de la imagen del club. Los entrenadores se someten al Real Decreto 1006/1985, como a los deportistas profesionales, que contiene como regla que no se pueden aplicar sanciones por actos extradeportivos. Como toda regla, tiene su excepción. El artículo 17.2 establece dos: “En ningún caso podrán imponerse sanciones por actuaciones o conductas extradeportivas, salvo que (a) repercutan grave y negativamente en el rendimiento profesional del deportista o (b) menoscaben de forma notoria la imagen del club o entidad deportiva (…)”.
Entendiendo que sería aplicable la segunda excepción, cabe preguntarse si la actuación del entrenador entra en este supuesto. La jurisprudencia española ha definido que será procedente el despido si reúne notas de gravedad y proporcionalidad, debiendo el club demostrar que su actuación definitivamente afectó la imagen de la entidad deportiva. En estricto rigor, el vídeo fue grabado en intimidad por parte del entrenador, en el cual su empleador, en este caso el club, no tiene poder de intervención.
En consecuencia, el despido del Málaga a su director técnico, Víctor Sánchez, carece de justificación legal conforme a lo estudiado.