Por María Viloria (@Maria_Viloria)
Desde hace algunos días se conoció la noticia gracias a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) que iniciaría una huelga para la negociación de un convenio colectivo que cumpla con ciertos indicadores expuestos por las jugadoras.
Se recuerda que el fútbol femenino español no cuenta con el carácter de profesional conforme a la legislación del país, debido a que esta es “por ley” y solo la tienen en la actualidad la primera y segunda división de fútbol (masculino) y el baloncesto (igualmente masculino), lo que evidentemente es uno de los focos por los cuales hay tantos conflictos en torno a la actividad.
Con respecto al tema de los contratos, los clubes (representados por la ACFF) proponen que un contrato por tiempo parcial no sea inferior a la mitad de uno completo, es decir, que se consideren mínimo 20 horas semanales; en cambio, la AFE presiona a que se consiga al menos un mínimo al 75% correspondiente a una jornada completa, por lo que signifique 35 horas semanales.
Por otro lado, las jugadoras reclaman vacaciones retribuidas y una incapacidad laboral digna donde se les abone el total del salario durante la baja, así como un protocolo de acoso sexual y otro de embarazo, maternidad y lactancia. Sobre el sueldo mínimo, la cifra que se maneja es de 16.000 euros al año, con un tope mínimo de 12.000 euros. Si se quiere entender un poco la diferencia con el fútbol español masculino, de acuerdo con el último Convenio que rige esta actividad, la cifra que llega a percibir un jugador como mínimo es de 6.500 euros (más variaciones), pero mensual y no anual como así lo exigen las futbolistas.
La respuesta de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) dio a conocer sus medidas para frenar la huelga convocada, exponiendo este miércoles 6 de noviembre de 2019 una propuesta de incluir los 16.000 euros de salario mínimo en el convenio, así como asegurar al menos una parcialidad de 75% de jornada en los contratos, además de cubrir las 18 licencias de las jugadoras y cubrir los 16 clubes (no solo a los 13 que integran la patronal), lo que implicaría unas cantidades que sumadas llevan a 1.152.000 euros.
Sobre la polémica transmisión de los partidos del fútbol femenino español, la RFEF enfatizó en que los clubes pueden y deben transmitir sus partidos locales para la propagación de la actividad deportiva, pero que solo sería por esta temporada, debido a que se desea conseguir una comercialización conjunta de los derechos como se hace en el fútbol masculino. Recordemos que para esta temporada la ACFF negoció de forma colectiva en representación de la mayoría de clubes la cesión a Mediapro, lo que le confiere decisión sobre 11 clubes. Efectivamente, esto ha provocado muchos conflictos cuando se enfrenta alguno de estos equipos con el conglomerado que aceptó la cesión en favor de Mediapro.
Por los momentos, tocará esperar que las partes intervinientes, como lo son la RFEF, la AFE y la ACFF, puedan llegar a un acuerdo de convenio colectivo para el fútbol femenino español lo antes posible, quizás con medidas que se lleven a cabo con el transcurrir del tiempo, pero asegurarle a las jugadoras el cumplimientos de exigencias mínimas para el desarrollo de la actividad deportiva en el país continúe su curso y acompañe a los éxitos que ha tenido la selección a nivel internacional.