El pelotero Robinson Canó regresó de la sanción

Por Elena Mundaray (@Elenacmg

El dominicano Robinson Canó, de los Marineros de Seattle, jugó nuevamente un encuentro de las Grandes Ligas luego de cumplir con la sanción de 80 partidos de suspensión por resultar positivo en una sustancia prohibida.

En el mes de mayo de este año, Canó resultó positivo de la sustancia Furosemida, que se encuentra en el listado de diuréticos y agentes enmascarantes del Programa Conjunto de Prevención y Tratamiento de Drogas de Béisbol de las Grandes Ligas. Aunque la Furosemida no aumenta el rendimiento de las personas, al ser un diurético podría ser utilizado para enmascarar otra sustancia que sí aumente el rendimiento y por eso su prohibición.

El pelotero rápidamente admitió su culpa en no revisar la sustancia antes de consumirla e indicó que la misma le fue suministrada por un doctor en República Dominicana. Es claro que eso no lo exime del cumplimiento del Programa Antidopaje, que fue reformado en el año 2014 aumentando las sanciones a quienes infrinjan sus normativas. No obstante, es un poco extraño que el jugador se haya declarado culpable tan fácilmente de una sustancia que al no mejorar el rendimiento es fácil de cuestionar y hacer que la sanción sea más baja. ¿Será que había algo más que esconder?

Al tratarse de su primera violación al Programa, Canó recibió como sanción la suspensión de 80 juegos. Además de perder más de 11 millones de dólares, por la retención de su salario durante el periodo que no estuvo disponible para jugar.

La actitud de la MLB ha sido la de aumentar progresivamente las sanciones por dopaje. En el 2004 la sanción era de 10 juegos de suspensión a quienes incumplían por primera vez. En el 2006 esa sanción fue incrementada a 50 juegos y actualmente se sanciona con 80 compromisos.

Esto nos deja ver que la MLB se ha mantenido estricta en el cumplimiento de las normas antidopaje, porque en definitiva lo importante del béisbol y de cualquier deporte es que los fanáticos disfrutemos de un juego sin trampas, donde ninguno tenga ventaja sobre otro y que limpiamente se demuestre quién es el mejor.

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