Por: Daniel Soto
En el pasado se ha hablado mucho acerca de los deportes electrónicos; desde sus semejanzas con al deporte tradicional hasta el más trillado debate sobre su «posible» impacto violento en la juventud. No obstante, detrás de la disciplina surgen controversias un tanto más complicadas de discutir, y aun mas de llevar a la práctica.
Ahora bien, los esports han optado por autoregularse; es por ello que los organizadores de las competencias tienden a crear reglamentos que se espera que puedan resolver cada circunstancia que se presente. No obstante, surgen casos en los que estos reglamentos siguen teniendo lagunas. Un caso genuino es el proceso de apelación de sanciones.
Para ilustrar mejor este es escenario, traemos a colación el reciente caso del River Plate Gaming en su debut en la Flow Fire League. Explicando un poco los hechos, el mencionado club argentino en su partido contra el club Isurus Gaming, decidió de manera unilateral no presentarse al partido. Se ha mencionado que la razón reposa en un cambio de servidor que pondría en una situación desventajosa al River Plate Gaming. Ante esta situación, los organizadores decidieron sancionar al club, desvinculándolo de la organización.
Ahora bien, el comunicado denominado «Decisión Definitiva», en el que la liga da a conocer los argumentos que motivan la sanción, (fuera de fundamentarse por analogía a una situación del fútbol), da a entender que esta fue tomada en base a la inconformidad que causa la incomparecencia de un equipo a su fanaticada.
En este sentido, nos enfrentamos a una decisión bastante severa y frente a la cual el club, tiene pocas herramientas para revertirla toda vez que, el reglamento de la competencia no prevé un proceso o forma de apelar a las decisiones del Comité de Competencia de la Flow Fire. Hay que destacar, que aun cuando el club se dirigió a la organización a fin de llegar a un acuerdo para reprogramar el partido; lo cierto es que la sanción se mantuvo.
En conclusión, aunque en cierto sentido los eSports quieran asemejarse al deporte tradicional, la realidad es que, en cuanto a lo concerniente a la resolución de disputas, difícilmente podrán presentarse como iguales si no prevén formas de apelación independiente de sus sanciones. Esto no significa que todas las competencias tienen un vacío en este sentido. Por el contrario, lo que se quiere es ilustrar la necesidad de fortalecer este aspecto a fin de evitar decisiones que vayan en detrimento de la disciplina.