Por María Viloria
Mientras en Sudamérica cada país tiene un formato para el fútbol femenino, donde el nivel de profesionalización varía en cada uno por la ausencia de proyectos claros, ahora Japón apunta a un nuevo formato competitivo que busca profesionalizar la disciplina deportiva con la creación de una liga que incluye una serie de requisitos interesantes, pero ¿se pueden aplicar en las ligas sudamericanas?
El pasado 3 de junio la Asociación de Fútbol de Japón (JFA), anunció la creación de la “WE League” en otoño de 2021 que será la primera liga de fútbol femenino profesional en este país. La competencia inicia partir de otoño hasta mayo de 2022 en su primera temporada, con clubes que cumplan las exigencias. Hay que tener en cuenta que Japón está solicitando la organización del Mundial de Fútbol Femenino en el año 2023.
Por los momentos, el proyecto no cuenta con un sistema de descenso, sino que apuesta por la constitución de clubes profesionales desde su inicio. Esto ayuda a consolidar el proyecto, al menos por las primeras temporadas; todo lo contrario, a lo que sucede en Sudamérica, que las ligas son inestables y esto terminan influyendo en la competitividad de los clubes para empeorarla.
La WE League tendrá entre 6 a 10 equipos. Nuevamente, creemos que es una forma interesante de incentivar la competencia. Resaltamos las siguientes características que deberán cumplir los clubes para participar en esta nueva competencia:
- Al menos 5 jugadoras de cada equipo deberán tener un contrato laboral, sin límite salarial por los momentos. En Sudamérica son pocas las ligas que exigen un mínimo de contratos laborales por club, por lo que en su mayoría se trata de fútbol amateur.
- Dentro de los próximo 3 años, al menos 50% del personal del club deberán ser mujeres. Japón establece que es una forma de inclusión de personal calificado para diferentes funciones dentro del deporte, fomentando la igualdad del género.
- Al menos un miembro del Comité Ejecutivo de los clubes debe ser mujer.
En consecuencia, creemos que proponer la implementación de requisitos iniciales de formalización ayudaría a que en Sudamérica el fútbol femenino fuera profesional. Sin embargo, las ligas están muy lejos de ofrecer estas garantías para las futbolistas y trabajadores en general, por cuanto pareciera que el fútbol femenino se realiza en la región con la intensión de cumplir un requisito de la CONMEBOL y no por que en verdad haya una creencia que puede ser un producto rentable. En cambio, Japón apuesta para llegar a ser una referencia mundial, partiendo por exigir relaciones laborales formales e incentivando la inclusión de la mujer en diferentes áreas.