Por María Viloria (@Maria_Viloria)
Ante la paralización de casi todos los deportes del mundo debido a la pandemia del Covid-19, más han sido las dudas provocadas que soluciones ofrecidas hasta los momentos en materia contractual, especialmente la laboral deportiva. En este sentido, los diferentes organismos, sobre todo la FIFA, están en búsqueda constante de liderar un plan de acción ante los diferentes escenarios que se pueden presentar en estos tres meses claves. Este tiempo se remarca porque, a día de hoy, las principales temporadas de fútbol finalizan el 30 de junio.
En el caso de España, se ha optado por la implementación del ERTE, que es un “Expediente de Regulación Temporal de Empleo”, es decir, un mecanismo o procedimiento administrativo mediante el cual la empresa suspende temporalmente los contratos de trabajo. Varios clubes del fútbol femenino, divisiones inferiores e incluso de La Liga ya han asomado sus intenciones de realizar las solicitudes de ERTE ante las autoridades laborales, y al parecer es el camino a seguir por lo menos en territorio español.
El principal problema que existe con la utilización del ERTE como vía de suspensión de los contratos es que los acuerdos con los jugadores son temporales (lo normal hasta 30 de junio) o con el término “hasta que finalice la temporada”, y teniendo en cuenta que estamos en el último trimestre de la temporada, la suspensión termina siendo peor que “la enfermedad” por lo que acarrea. Conforme al reciente Real Decreto-Ley 9/2020 del 27 de marzo de 2020, durante la aplicación de un ERTE, se entenderá que el tiempo de contrato no correrá. Es decir, se entiende una prórroga ope legis debido a que la vigencia se ampliará en tanto tiempo como dure la suspensión.
La prórroga ope legis responde a una incógnita, pero genera muchas más. Si bien la extensión de la vigencia del contrato permitiría a los clubes contar con sus jugadores hasta finalizar la temporada, sí es que así acontece, ¿qué sucederá con los jugadores que ya habían acordado una nueva contratación? ¿Se les permitirá negociar después del 30 de junio con otros clubes? Otro problema es que los clubes tendrán tiempos distintos de suspensión debido a que dependerá de cuándo se aplicó el ERTE, aunque todos finalizarán igual cuando el estado de alarma por el Covid-19 sea levantada, pero la vigencia de los contratos será dispareja, por lo que comentábamos de la suspensión.
Dejando a un lado el ERTE, otros clubes europeos apuestan a una negociación individual, recordando que cuentan con dos diferentes tipos de empleados, los de contrato indefinido o a plazo, como es el caso de los jugadores y cuerpo técnico. La negociación consiste en una reconsideración de rebaja porcentual de los salarios o incluso una reducción de la jornada laboral, como ya lo anunció la Juventus FC.
Por lo cual, se observa que el mejor escenario es que las temporadas puedan terminarse antes de 30 de junio para no afectar el mercado de fichajes, pero parece ser muy irreal. Por eso, apostaría por la implementación de una negociación directa entre los clubes con sus empleados, incluyendo jugadores, para la reducción salarial, esperando por las implementaciones de la FIFA en cuanto a los cambios que se anunciaron que se harán al RETJ. Es clave que exista una uniformidad a nivel internacional sobre el tema de las temporadas y el mercado de fichajes, buscando no afectar negativamente ni a los clubes ni a los jugadores.
Finalmente, se considera que una situación provocada por una pandemia mundial merece de medidas extraordinarias, modificando cuestiones claves en el RETJ para conseguir una unanimidad de acciones en, al menos, la temporada europea que está cerca de terminar. Por tanto, lo ideal sería apostar por culminar las temporadas en la medida de lo posible, sobre todo que el calendario internacional se ha visto liberado con la postergación de la EURO, Copa América y Juegos Olímpico, pero no se puede dar respuestas definitivas por no saber aún cuándo se levantarán las medidas sanitarias extremas.